Talento Humano: ¿equipos o grupos?

En ambiente laboral, grupo y equipo reflejan una diferencia palpable y queremos compartirte estos detalles. Un grupo de trabajo se compone por dos o más individuos que se desenvuelven en un ambiente de trabajo y que llevarán a cabo una labor u objetivo en conjunto. Estos empleados interactúan principalmente para intercambiar información y tomar decisiones para ayudar a cada miembro a realizar su labor según sea su responsabilidad. Un grupo de trabajo no tiene necesidad de comprometerse en trabajos colectivos con colaboración conjunta así que el desempeño del grupo es la suma de los esfuerzos y contribuciones individuales. No necesariamente existe una sinergia positiva para crear un nivel superior de rendimiento que supere la suma de sus partes. En palabras resumidas, un grupo de trabajo realiza su labor de forma individual y/o con interdependencia.

En cambio, un equipo de trabajo genera sinergia positiva a través del esfuerzo coordinado. El esfuerzo individual resulta en un nivel de desempeño mayor a la suma de sus partes.

En ambos esquemas “grupo o equipo” suelen tenerse expectativas de comportamiento entre los miembros, esfuerzo colectivo normalizado, dinámicas activas de grupo y cierto nivel de toma de decisión (aún informal según el alcance de la posición). Ambos pueden generar ideas, conjunto de recursos o coordinar logísticas de trabajo como calendarios de operación. Para los grupos, sin embargo, este esfuerzo se ve limitado a la información que se le proporciona desde tomadores de decisiones fuera del grupo.  En un equipo, que puede ser un sub conjunto de un grupo, se nota la diferencia visto que se construye en torno a un propósito (simbiótico) entre la interacción de los miembros, transformando (en ocasiones) el comportamiento y rasgos de los miembros.

Esta distinción hace cada vez más relevante entre las empresas estructurar los procesos a través de equipos de trabajo buscando una sinergia positiva que permita incrementar el desempeño. El extensivo uso de equipos de trabajo crea el potencial para las compañías de generar mayores resultados sin requerir necesariamente aumentar plantilla de empleados. Ciertamente, esto no es ciencia exacta, no significa que siempre suceda de esta forma. Igualmente, no necesariamente es requerida una fuerza laboral con espíritu de equipo para todos los tipos de labores. Tres pruebas son útiles para definir cuáles trabajos requieren un equipo o requieren un grupo. Primero, ¿el trabajo podría ser hecho mejor por más de una persona? Un buen indicador es la complejidad de la actividad y si requiere diferentes perspectivas. Tareas simples que no requieren diversas ópticas probablemente son mejores dejarlas de forma individual/grupal. Segundo, ¿la labor es guiada por un propósito común o un conjunto de metas que superan los objetivos individuales? En la industria de vehículos, por ejemplo, los departamentos de servicio han introducido equipos de trabajo para enlazar personal de servicio con mecánicos, especialistas de partes y representantes de ventas para que puedan manejar con eficiencia colectivamente la responsabilidad de asegurar la entrega y satisfacción del cliente. Finalmente, como tercera prueba se debe preguntar si existe interdependencia entre las tareas. Si el éxito de todos depende del desempeño de cada uno, entonces se hace más inminente una cultura de equipo. En muchos deportes de equipo como el béisbol o fútbol, por ejemplo, el éxito viene dado por una excelente coordinación entre los miembros del equipo.

Esta cultura de equipo no sólo se circunscribe a la fuerza laboral interna de las empresas, suele extenderse con todos aquellos grupos de interés que colaboran en la rentabilidad de la misma. Casos como proveedores de productos o servicios suelen ser aliados en los equipos y convertirse en parte importante de la dinámica que se establece para lograr así la sinergia y fluidez en los procesos. En JoS & Asociados buscamos integrarnos con nuestros clientes de forma que podamos servir de eslabón en su cadena productiva para el logro de los objetivos.

Referencia:

Robbins, S., & Judge, T. (2016). Essentials of Organizational Behavior. USA. Pearson.